ABM Denuncia OMIC

DNIDomicilio - CalleApellido y NombreNombre, denominación o razón socialTeléfonoHECHOS: lugar, fecha, vinculo comercial, razones de conflicto, otros afectados.Fecha, Campana
4608366ORTIZ DE OCAMPOANDERS VALTERIO OSCAREDEN116272650-2024-08-06
4434482ESTRADACARMEN VIDORET DE FIGUEROATELECOM3489528986-2024-07-03
4070394ARENALESROSAS MARTA BEATRIZTELECOM ARGENTINA S.A.3489520051-2023-03-12
4039575DalleraBarreto Melani AldanaCorreo Argentino348959852-2024-04-16
3912428verdiCortese Virginia Valentinatelecom argentina sa03489580987-2023-07-12
3877265CastillaGurna JuanaTelecom0348915580058-2022-11-28
3867508Olivera 1533Susana rojasVenta de drogas3489675422Ya no sabemos q hacer estamos varias mama desesperadas como venden drogas a nuestros hijos y nadie hace nada2023-01-07
3756785Santa Maria de OroPautaso de Iversen Ana Cristina del CarmeloCOMAFI3489 459571me presento a efectos de denunciar los hechos ocurridos en día 6 de mayo de 2022, imputables al Banco COMAFI y a su personal, que causaron un agravio a mi persona que debe ser reparado. A la fecha de los hechos que a continuación se relatan, tenía contratado con el banco COMAFI sucursal Campana, con domicilio en Av. Ing. Agustín Rocca 41 los siguientes productos: 1) tarjeta de crédito 2) caja de ahorro en pesos 3) caja de ahorro en dólares 4) caja de seguridad. Todos estos productos estaban a nombre de mi hijo Marcelo Andrés Iversen, debido a que, por ser mayores de 80 años mi marido Carlos Iversen y yo, nos dijeron en el banco que había que hacerlo así. Que es bien conocido por todos la cantidad de robos que ocurren a diario, con violencia extrema, incluso muerte, siendo las víctimas mas vulnerables los ancianos. Que por ese motivo es que decidimos contar con una caja de seguridad, para evitar ser víctimas de inescrupulosos ladrones y resguardar los ahorros de toda nuestra vida. Todo esto se hizo en vida de mi esposo, Carlos Iversen, quien falleció en fecha 9 de mayo de 2021. Que como resultado de la venta de una propiedad en la ciudad de Miramar, en agosto de 2020 guardamos en la caja de seguridad la cantidad de DOLARES ESTADOUNIDENSES TREINTA Y CINCO MIL (USD 35.000). Asimismo, en la caja de seguridad tenía la suma de EUROS TRESCIENTOS SETENTA (E370) producto de nuestros ahorros, dinero que utilizabamos para viajar a Bélgica una vez al año, donde reside uno de mis hijos. Dada mi avanzada edad (82 años), mis problemas de salud (marcapasos, taquicardias, perdidas de memoria, desvanecimientos, falta de vista, sordera, etc) JAMÁS hice ningún trámite bancario sola. Nunca. Muchísimo menos retirar dinero de la caja de seguridad. No conduzco, vivo muy lejos del banco, no veo bien, hacer algo así sería convertirme en presa fácil para cualquier delincuente. Siempre que acudí al banco a retirar dinero de la caja de seguridad, lo hice en compañía de mi hijo Marcelo o de la Sra Rosa quien me asiste a diario, ocupándose tanto de las tareas del hogar, como de acompañarme a cualquier sitio (mercado, medicos, etc) fuera de casa. Que la sucursal del banco COMAFI de Campana, es muy pequeña, y desde la pandemia, la mayorìa de los tràmites se hacen por homebanking, por lo que es muy raro que haya gente esperando a ser atendidos. Por este motivo también es que todos los empleados me conocen, incluso los guardias de seguridad. Que el 6 de mayo de 2022, siendo las 11 hs aproximadamente, ingreso al Banco COMAFI sucursal Campana, muy confundida, víctima de un engaño urdido por una banda de profesionales, que querían que les entregara todo lo que tenía en la caja de seguridad. Lo primero que hago al ingresar al Banco, es decirle a la sra. de seguridad que se encontraba en la puerta, que me sentía mal, si me podía dar un vaso de agua, escuché que pidió arriba pero nunca llegó. Cada vez me sentía peor, inmediatamente me descompuse. Me sentaron en un sillón, me bajaron el barbijo y me apantallaron con algo, y me desvanecí. Escuchaba que me hablaban, me sentaron, presionandome la cabeza, la mujer de seguridad me pedía que hiciera fuerza hacia arriba mientras ella presionaba mi cabeza hacia abajo. No mejoré en absoluto. Me dieron un café, agua y caramelos. No se quien me los dió, repito por el estado de total confusion en el que me encontraba. Me sentía cada vez peor. En esa situación facilmente percibida por los presentes, que no estaba en mi sano juicio ni con todas mis facultades volitivas, que era evidente que algo raro estaba ocurriendo, con muchísima dificultad, accedí a la caja de seguridad y retiré todo lo que tenía en ella. USD 35.000 y 320 euros, sin que a nadie del banco se le ocurriera llamar al titular de la caja (mi hijo Marcelo Iversen, o a mi hija Cecilia Iversen) ni a una ambulancia para que unservicio médico constatara mis constancias vitales y tomar alguna medida al respecto. Cualquiera de estas acciones hubiera evitado que sea víctima del engaño del que fuí víctima. Sentía las pulsaciones a un ritmo altísimo, que me iba a explotar el corazón. Todo el tiempo que estuve en el banco, desde que entré hasta que salí, estuve descompuesta y con un mínimo de conciencia. Mi vida estaba en peligro y nadie hizo nada para remediarlo. Reitero que no llamaron a un servicio médico de urgencia, no llamaron a alguno de mis hijos, siendo que el titular de la caja de seguridad es mi hijo Marcelo, podría haber muerto ahí mismo debido a los problemas cardíacos que padezco (tengo puesto un marcapasos desde hace años) pero ningún empleado del banco ni su gerente actuaron conforme a sus obligaciones de cuidado y seguridad que les corresponden respecto a sus clientes. Estaba muy claro que yo no podía hablar, no era consiente de lo que pasaba. Intentaba pedir ayuda pero no sabía como hacerlo. Una simple llamada a un servicio de emergencias, un médico, una ambulancia hubieran cambiado el curso de los hechos. NADA de eso ocurrió. Pese a todos signos inequívocos de que algo extraño ocurría, ninguno de los empleados del banco obró con la diligencia debida como para evitar lo que a continuación sucedió. Una vez que accedí a la caja de seguridad, retiré el dinero que en ella tenía, y acompañada por una sra. de la seguridad del banco hasta la vereda, me subí a un remis complice de la banda que me estaba robando. Todo esto fue posteriormente denunciado, y se encuentra en etapa de investigación en la DDI de Campana. Es al día de la fecha que nadie sabe nada de lo sucedido. No hay constancias de las personas que en ese momento se encontraban en el banco, no se sabe quien me dio agua y caramelos, posiblemente parte de la banda, nada. Que el banco cumple un servicio público delegado por el estado, lo que le obliga a tomar todos los recaudos de \"un buen banquero\" y que de haberlos tomado, yo no hubiera sido víctima del robo tal cual se detalla en la presente denuncia. Que está dentro de las obligaciones asumidas por el banco en el contrato de cajas de seguridad de poner todos los medios necesarios para el cumplimiento de la obligación de resultado asumida, esto es, velar por los intereses y la seguridad tanto de los bienes como de las personas. Que existe la figura protegida legalmente de consumidor hipervulnerable definido como \"personas humanas que tienen dificultades especiales para ejercer con plenitud sus derechos por estar en una situación de vulnerabilidad por su edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas, étnicas o culturales\" entre ellas, las personas mayores de 70 años. Que el no haber obrado confome a estos preceptos, me sumió en una situación de indefensión extrema, siendo víctima de un robo que podría haberse evitado. Es por todo lo expuesto que solicito se cite al/la responsable de dicha entidad, y que conforme a la ley 13.133, 24.240, Directrices para la Protección al Consumidor (a/RES/39/248) donde reconoce la debilidad de los consumidores en la economía: \"Estos afrontan a menudo desequilibrios en cuanto a capacidad económica, nivel de educación, poder de negociación\" Convención Interamericana sobre Protección de Dchos humanos de las personas mayores (Ley 27.360), Resoluciones 9/2004 y 53/2003, y normativa aplicable, asi mismo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación reconoció la vulnerabilidad y protección especial que requieren los consumidores, quienes \"son sujetos particularmente vulnerables a los que el constiuyente decidió proteger de modo especial, y por lo tanto no corresponde exigirles la diligencia de quien celebra un contrato comercial\"(CSJN,\"Recurso de hecho deducido por la actora en la causa Ledesma María Leonor c/Metrovías S.A. 22/4/2008) Por todo lo expuesto, solicito se me indemnice por los daños padecidos por mi persona, estimándose los mismos en la suma de pesos QUINCE MILLONES. ($15.000.000) Quedando pendiente del traslado y audiencia correspondientes, solicitando en caso de incomparecencia las sanciones previstas en la ley, saluda a Ud. atentamente.2022-09-28
2098160Ricardo RojasPatricia Mabel GigenaATM3489-15634741Asistí al la oficina de mi productor de seguros por una anulación del seguro automotor, la cual realizo la baja el día 19/4/24 con número de reintegro101485, la cual ya transcurrió tiempo suficiente y no se me ha reintegrado el importe. Todavía no tengo respuesta positiva a mi solicitud.2024-06-06
2003937BV. SARMIENTORAFFO NELLYTELECOM ARGENTINA S.A.3489.530468-2024-06-24